
Pelamos y cortamos en trozos las peras.
Hacemos lo propio con las manzanas.
Hacemos el zumo de limón.
- El objetivo del zumo de limón, es crear la acidez necearía para que la pectina actúe, además ayuda a conservar la mermelada y evita la cristalización del azúcar.
Cocemos las peras, las manzanas con el zumo del limón en una cacerola alta (salpicará) destapada, hasta que la fruta este blanda y suelte sus jugos.
La cocción de la fruta debe ser a fuego medio removiendo, de vez en cuando con una cuchara de madera, para evitar que se pegue.
Añadimos la canela en rama y cocemos a fuego medio durante unos 15 minutos.
- Si cocemos a fuego muy suave, la fruta perderá aromas.
Quitamos la canela.
Y trituramos la fruta, para obtener una papilla, tan fina como se deseemos.
Añadimos el azúcar y seguimos con la cocción a fuego vivo, otros 10 minutos más.
- Espumar al acabar la cocción (esto se hace al final ya que esta contiene pectina) y solo una vez.
Para saber sí se ha alcanzado el punto poner un poco en una cuchara sacada del congelador, si no gotea es el momento de embotar.
Mientras tanto, esterilizar los botes en el microondas y las tapas en un cazo con agua.
- Se introducen medio llenos de agua durante 10 minutos.
Las tapa la hervimos 5 minutos en una cacerola.
Rellenamos los tarros estériles hasta el cuello (la mermelada debe estar caliente).
- Para esto es muy útil el embudo de mermeladas.
- Tapar los botes herméticamente cuando todavía están calientes
Realizar el vació a los botes poniéndolos boca abajo hasta que se enfríen completamente.
- Crear el vació es imprescindible para una conservación larga de la mermelada.
Solo nos queda etiquetar los tarros con el nombre de la mermelada y la fecha de realización