Pelamos el tomate, y los cortamos en medias rodajas,reservamos en un bol.
También la cebolla y la cortamos en medias rodajas (juliana) y ponemos en el bol.
Pelamos el ajo , lo dividimos en 2 y le quitamos el germen.
· El germen es la parte más indigesta del ajo.
Añadimos el aceite de oliva virgen extra.
Incorporamos la sal al bol.
Trituramos el tomate y la cebolla.
Reservamos la salsa de tomate.
Picamos el ajo y el perejil.
Y en un mortero, machacamos lo machacamos junto con la sal gorda hasta obtener una mezcla homogénea.
Cortamos los pimientos en cuadrados pequeños (brunoise).
Pelamos y cortamos también el tomate en cuartos y lo trituramos en la batidora.
Batimos los huevos y la leche en un plato hondo.
· El huevo ayudará a que los filetes rusos no se nos deshagan.
Incorporamos el pan rallado, a los huevos con la leche y mezclamos bien.
En un bol, mezclamos la carne picada con el huevo, la leche, el pan rallado, el tomate triturado y el tomate frito, dando vueltas con un tenedor, para que se combine todo.
Añadimos el majado y mezclamos
Salpimentamos y seguimos removiendo.
Y finalmente los pimientos y la cebolla.
Trabajamos el conjunto primero con un tenedor y luego con las manos.
· La textura debe ser jugosita.
Con un sacabolas grande de helado.
Hacemos unas bolas de carne picada.
· La textura debe ser jugosa y que se pegue a las manos (porque sino el resultado será un filete ruso muy seco y poco sabroso).
· Pero si está demasiado pegajosas para trabajarla, podemos añadirle un poco de pan rallado.
Seguidamente, las aplastamos con la palma de las manos hasta obtener unos filetes planos.
· Si no vamos a consumir todos los filetes rusos, podemos congelarlos, y utilizarlos en el momento que los necesitemos.
Y posteriormente pasamos los filetes por harina (por ambas caras).
· Antes de freírlos, sacudimos para eliminar el exceso de harina.
Freímos en aceite de oliva virgen, a fuego medio-alto, para que se doren enseguida y queden jugosos por dentro.
· Freímos de 1 a 2 minutos por cada lado, hasta que estén dorados..
· Escurrimos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Servimos inmediatamente, acompañados de la salsa tomate.
Ingredientes
Instrucciones
Pelamos el tomate, y los cortamos en medias rodajas,reservamos en un bol.
También la cebolla y la cortamos en medias rodajas (juliana) y ponemos en el bol.
Pelamos el ajo , lo dividimos en 2 y le quitamos el germen.
· El germen es la parte más indigesta del ajo.
Añadimos el aceite de oliva virgen extra.
Incorporamos la sal al bol.
Trituramos el tomate y la cebolla.
Reservamos la salsa de tomate.
Picamos el ajo y el perejil.
Y en un mortero, machacamos lo machacamos junto con la sal gorda hasta obtener una mezcla homogénea.
Cortamos los pimientos en cuadrados pequeños (brunoise).
Pelamos y cortamos también el tomate en cuartos y lo trituramos en la batidora.
Batimos los huevos y la leche en un plato hondo.
· El huevo ayudará a que los filetes rusos no se nos deshagan.
Incorporamos el pan rallado, a los huevos con la leche y mezclamos bien.
En un bol, mezclamos la carne picada con el huevo, la leche, el pan rallado, el tomate triturado y el tomate frito, dando vueltas con un tenedor, para que se combine todo.
Añadimos el majado y mezclamos
Salpimentamos y seguimos removiendo.
Y finalmente los pimientos y la cebolla.
Trabajamos el conjunto primero con un tenedor y luego con las manos.
· La textura debe ser jugosita.
Con un sacabolas grande de helado.
Hacemos unas bolas de carne picada.
· La textura debe ser jugosa y que se pegue a las manos (porque sino el resultado será un filete ruso muy seco y poco sabroso).
· Pero si está demasiado pegajosas para trabajarla, podemos añadirle un poco de pan rallado.
Seguidamente, las aplastamos con la palma de las manos hasta obtener unos filetes planos.
· Si no vamos a consumir todos los filetes rusos, podemos congelarlos, y utilizarlos en el momento que los necesitemos.
Y posteriormente pasamos los filetes por harina (por ambas caras).
· Antes de freírlos, sacudimos para eliminar el exceso de harina.
Freímos en aceite de oliva virgen, a fuego medio-alto, para que se doren enseguida y queden jugosos por dentro.
· Freímos de 1 a 2 minutos por cada lado, hasta que estén dorados..
· Escurrimos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Servimos inmediatamente, acompañados de la salsa tomate.