
En la paella se sofríen los ajos en aceite de oliva virgen extra.
Cuando estén tiernos, se incorporamos el pollo.
Le damos vueltas hasta que se selle, a fuego medio hasta que este dorado y reservamos.
En la misma paella, se sofríen las cebollas y cuando estas estén transparentes, se incorporan los pimientos y se fríen durante dos minuto.
Se añaden las judías verdes y se rehogan durante un minuto.
Se pone una cucharadita de pimentón, dando vueltas con una cuchara de palo.
- No dejar que se queme el pimentón, ya que si se quema, adquiere un sabor desagradable.
A los pocos segundos, se incorporan los tomates pelados y sin simiente junto con la cucharada de azúcar y se dejan 5 minutos a fuego suave.
- El azúcar se incorpora para quitar el sabor ácido al tomate.
Incorporamos la guindilla, la sal, perejil y el romero.
Cuando los tomates estén, se le añade el vaso de brandy y se deja evaporar durante unos minutos.
Se incorpora el pollo a la salsa de tomate, se sube el fuego.
- Una regla importante es no llenar la paella de un montón de ingredientes, acaba por no saber a nada.
- Para mi 3 son suficientes (en este caso pollo, pimientos y judías).
Se le añade el caldo de pollo muy caliente (4 veces la cantidad que de arroz).
Añadimos las hebras del azafrán y le damos unas vueltas para que no se pegue.
Se incorpora el arroz, le damos vueltas y cocemos durante unos 19 minutos.
- Después de lo que nos vamos a gastar y del tiempo que vamos a invertir merece la pena poner un buen arroz, para una paella, propongo un arroz Calasparra.
A fuego vivo los 10 primeros minutos y posteriormente a fuego suave.
Dejar reposar la paella durante 10 minuto.
- Servir adornado con unos limones cortados en octavos