Sacamos de la nevera un yogur natural, para que se atempere.
- El objetivo es que el yogur, tenga una temperatura adecuada para que las bacterias lácticas, se empiecen a activar.
Ponemos nuestra leche pasteurizada en un cazo y la calentamos el cazo con la leche, a fuego suave, removiendo de vez en cuando.
- Esto lo hacemos para que no se nos queme la leche.
- Hay que evitar que la leche hierva.
- Calentamos la leche hasta 82 ºC (justo un poco antes de que empiece a hervir, una media hora aproximadamente).
- Esta temperatura eliminará las bacterias no deseadas.
- Además a esta temperatura, hacen que las proteínas (caseína) de la leche cuajen mejor y el yogur resultante sea más cremoso.
Una vez alcanzada esta temperatura, lo apartamos del fuego y dejamos enfriar hasta alcanzar los 40 ºC (más o menos otra media hora).
- Esta es la temperatura ideal para que que crezcan las bacterias (Lactobacilli delbrueckii y Streptococcus Thermophilus), que incorporaremos del yogur.
- Si no lo dejamos enfriar, mataremos las bacterias, cuando incorporemos el yogur, debido a la alta temperatura.
Juntamos la leche (a 40 ºC) y el yogur (a temperatura ambiente), en un recipiente no metálico, y removemos bien, para que se mezclen ambos productos.
- Esto evitará que se formen grumos en el futuro yogur.
Añadimos la leche en polvo y seguimos removiendo.
- Es importante que no queden grumos y así el resultado final carecerá de ellos.
- La leche en polvo nos aportará más consistencia al yogur.
- La leche en polvo no es obligatoria para hacer el yogur, pero nos saldrá más cremosos y mejor sabor.
Ponemos la leche en un taper, dentro de la yogurtera y programamos la yogurtera a 40-45 ºC, durante 8-10 horas.
- Si usamos leche entera podemos lo pondríamos 7-9 horas.
- Cuanto más reposo, más ácidos y cremosos resultarán el yogur.
- A mayor temperatura, necesitaremos menos tiempo de fermentación, pero nunca rebasar los 45 ºC.
- Muy importante es no mover los tarros durante este tiempo, para evitar que se forme suero en la parte superior.
Los metemos en la nevera, por lo menos 2-3 horas (el yogur debe tener una temperatura como máximo de 10 ºC antes de consumirlo).
- Con esto conseguimos que los yogures acaben de cuajar y queden más cremosos.
- Recordar guardar un yogur para aportarnos los fermentos, de la resiembra, de la próxima tanda de yogures.
Sacamos el yogur de la nevera y le añadimos el azúcar.
Y las gotas de esencia de vainilla.
Después los arándanos.
Y mezclamos todo bien.
Añadimos el yogur con arándanos, al cazo de la heladera (sacado del congelador).
Programamos la heladera según las instrucciones del fabricante.
Removemos bien el helado y lo volvemos a poner en el congelador.
Con un sacabolas de helado hacemos las bolas de helado para servir.
Servimos en un plato, decorando con arándanos.
También ponemos ponerlos en un cucurucho de helados.
Ingredientes
Instrucciones
Sacamos de la nevera un yogur natural, para que se atempere.
- El objetivo es que el yogur, tenga una temperatura adecuada para que las bacterias lácticas, se empiecen a activar.
Ponemos nuestra leche pasteurizada en un cazo y la calentamos el cazo con la leche, a fuego suave, removiendo de vez en cuando.
- Esto lo hacemos para que no se nos queme la leche.
- Hay que evitar que la leche hierva.
- Calentamos la leche hasta 82 ºC (justo un poco antes de que empiece a hervir, una media hora aproximadamente).
- Esta temperatura eliminará las bacterias no deseadas.
- Además a esta temperatura, hacen que las proteínas (caseína) de la leche cuajen mejor y el yogur resultante sea más cremoso.
Una vez alcanzada esta temperatura, lo apartamos del fuego y dejamos enfriar hasta alcanzar los 40 ºC (más o menos otra media hora).
- Esta es la temperatura ideal para que que crezcan las bacterias (Lactobacilli delbrueckii y Streptococcus Thermophilus), que incorporaremos del yogur.
- Si no lo dejamos enfriar, mataremos las bacterias, cuando incorporemos el yogur, debido a la alta temperatura.
Juntamos la leche (a 40 ºC) y el yogur (a temperatura ambiente), en un recipiente no metálico, y removemos bien, para que se mezclen ambos productos.
- Esto evitará que se formen grumos en el futuro yogur.
Añadimos la leche en polvo y seguimos removiendo.
- Es importante que no queden grumos y así el resultado final carecerá de ellos.
- La leche en polvo nos aportará más consistencia al yogur.
- La leche en polvo no es obligatoria para hacer el yogur, pero nos saldrá más cremosos y mejor sabor.
Ponemos la leche en un taper, dentro de la yogurtera y programamos la yogurtera a 40-45 ºC, durante 8-10 horas.
- Si usamos leche entera podemos lo pondríamos 7-9 horas.
- Cuanto más reposo, más ácidos y cremosos resultarán el yogur.
- A mayor temperatura, necesitaremos menos tiempo de fermentación, pero nunca rebasar los 45 ºC.
- Muy importante es no mover los tarros durante este tiempo, para evitar que se forme suero en la parte superior.
Los metemos en la nevera, por lo menos 2-3 horas (el yogur debe tener una temperatura como máximo de 10 ºC antes de consumirlo).
- Con esto conseguimos que los yogures acaben de cuajar y queden más cremosos.
- Recordar guardar un yogur para aportarnos los fermentos, de la resiembra, de la próxima tanda de yogures.
Sacamos el yogur de la nevera y le añadimos el azúcar.
Y las gotas de esencia de vainilla.
Después los arándanos.
Y mezclamos todo bien.
Añadimos el yogur con arándanos, al cazo de la heladera (sacado del congelador).
Programamos la heladera según las instrucciones del fabricante.
Removemos bien el helado y lo volvemos a poner en el congelador.
Con un sacabolas de helado hacemos las bolas de helado para servir.
Servimos en un plato, decorando con arándanos.
También ponemos ponerlos en un cucurucho de helados.