
Preparamos la masa quebrada (sino utilizamos una ya hecha), amasando todos los componente con las manos.
Hacemos una bola y la ponemos entre 2 laminas de film transparente.
Aplastamos la masa con un rodillo, hasta que tenga el tamaño para cubrir el molde y la reservamos en la nevera.
• La lámina de masa quebrada debe ser de unos centímetros mayor que el molde para que podamos entremeterla entre las manzanas y el molde.
• El tiempo mínimo para que la masa quebrada se endurezca en de una hora.
Pelamos y descorazonamos las manzanas. Las cortamos en cuarto y las regamos con el zumo del limón.
En una cazuela mezclamos las manzanas, el azúcar, la mantequilla y la canelas. Las dejamos hacer a fuego moderado durante 15 minutos, dándole vueltas de vez en cuando (hasta que tengan un color acaramerado).
• El zumo de limón evita que se oxiden las manzanas.
• Si sueltan mucho líquido, avive el fuego para que se espese.
• Hay que evitar que las manzanas se quemen.
Colocamos las manzanas sobre la base del molde.
• Juntar bien las manzanas ya que se encogen en el horno.
• Se espera a que se enfríen las manzanas, para evitar que la masa quebrada de ablande.
Sacamos la masa quebrada de la nevera y ponerla encima de las manzanas.
• Hacemos unos agujeros en la pasta para que no se abombe la masa quebrada, debido al vapor.
• Entremeter la masa por los bordes para que no se escurra el almíbar.
Horneamos a 220º C durante 25-30 minutos.
Dejar enfriar en el molde unos 15 minutos,
Dejar enfriar en el molde unos 15 minutos.
Montamos la nata.
• Usar la batidora eléctrica.
• Para obtener una buena nata montada esta de debe ser al menos de 33% de materia grasa y estar muy fría.
Damos la vuelta a la tarta.
• Al dar la vuelta tener cuidado de no quemarnos con el almíbar.
Servir templada.
• Al cortar debemos hacerlo con un cuchillo de sierra, sin presionar en exceso para que la tarta no se desparrame.
Añadimos la nata al gusto.