
Lavaremos el bacalao en salazón bajo el grifo de agua fría.
- El objetivo es quitar el exceso de sal que recubre el bacalao.
Introducimos los trozos de bacalao en una fuente con la piel hacia arriba y añadimos agua fría.
- La proporción es más o menos 3 veces de agua por una de pescado.
- Para ir quitando la sal del agua.
Metemos la fuente en la nevera durante 24-48 horas.
- El tiempo depende del grosor del la pieza de bacalao
Es importante cambiar el agua de 3 a 8 veces en este tiempo, también dependerá del grosor de la pieza.
- Un truco para saber si esta bien desalado es probarlo, ya que si nos quedamos cortos (quedará salado) o nos pasamos (quedará insípido) influirá de forma negativa en la preparación que hagamos.
- Eliminaremos la espuma del agua, ya que es indicativo de que tiene sal.
- Debemos tapar la fuente, para evita olores en la nevera.
Lavamos la pieza y las secamos con papel de cocina.
- Debemos apretar un poco los trozos de bacalao, para que queden bien secos.
Picamos el perejil y lo añadimos al vaso de la batidora.
Incorporamos el diente de ajo sin germen.
- El germen es la parte más fuerte y difícil de digerir.
Añadimos el aceite.
Mezclamos todo en la batidora.
Pelamos y cortamos en laminas, los dientes de ajo.
- Yo le quito el germen, para que sean más suaves.
Picamos la cebolla.
Quitamos la piel y las posible espinas que pueda tener el bacalao.
Pochamos los ajos, sin que lleguen a dorarse.
- Si se llegan a dorar aportarían un desagradable sabor amargo.
- Los sacamos los ajos y reservamos.
Añadimos al aceite la cebolla y freímos hasta que quede transparente.
Incorporamos el bacalao, y cocinamos en el aceite durante unos 3 minutos (la mitad por cada lado).
- Apagamos el fuego y tapamos, dejado que repose otros 3 minutos más.
Sacamos el bacalao y la cebolla, y lo ponemos en el mortero.
Filtramos y reservamos el aceite.
Desmigamos el bacalao con la cebolla, en un mortero, hasta que tenga una consistencia de pasta.
También podemos hacerlo con la batidora eléctrica.
Ponemos el bacalao desmigado a una cazuela (a fuego suave) y vamos añadiendo el aceite poco a poco mientras mezclamos todo.
Añadimos la nata templada, y seguimos mezclando hasta que quede una masa consistente.
Ponemos un poco de pimienta blanca recién molida.
Probamos y rectificamos de sal, si fuese preciso.
- Hay que tener cuidado con la sal, ya que el bacalao ya aporta bastante sal.
Cuando este, podemos añadir un poco de nuez moscada.
Decoramos con los ajos fritos y un chorrito de aceite de oliva virgen extra o si nos gusta, mejor aceite de perejil que hemos hecho.
Servimos sobre una tostada de pan caliente.
También podemos ponerle un chorrito de aceite por encima.
Ingredientes
Instrucciones
Lavaremos el bacalao en salazón bajo el grifo de agua fría.
- El objetivo es quitar el exceso de sal que recubre el bacalao.
Introducimos los trozos de bacalao en una fuente con la piel hacia arriba y añadimos agua fría.
- La proporción es más o menos 3 veces de agua por una de pescado.
- Para ir quitando la sal del agua.
Metemos la fuente en la nevera durante 24-48 horas.
- El tiempo depende del grosor del la pieza de bacalao
Es importante cambiar el agua de 3 a 8 veces en este tiempo, también dependerá del grosor de la pieza.
- Un truco para saber si esta bien desalado es probarlo, ya que si nos quedamos cortos (quedará salado) o nos pasamos (quedará insípido) influirá de forma negativa en la preparación que hagamos.
- Eliminaremos la espuma del agua, ya que es indicativo de que tiene sal.
- Debemos tapar la fuente, para evita olores en la nevera.
Lavamos la pieza y las secamos con papel de cocina.
- Debemos apretar un poco los trozos de bacalao, para que queden bien secos.
Picamos el perejil y lo añadimos al vaso de la batidora.
Incorporamos el diente de ajo sin germen.
- El germen es la parte más fuerte y difícil de digerir.
Añadimos el aceite.
Mezclamos todo en la batidora.
Pelamos y cortamos en laminas, los dientes de ajo.
- Yo le quito el germen, para que sean más suaves.
Picamos la cebolla.
Quitamos la piel y las posible espinas que pueda tener el bacalao.
Pochamos los ajos, sin que lleguen a dorarse.
- Si se llegan a dorar aportarían un desagradable sabor amargo.
- Los sacamos los ajos y reservamos.
Añadimos al aceite la cebolla y freímos hasta que quede transparente.
Incorporamos el bacalao, y cocinamos en el aceite durante unos 3 minutos (la mitad por cada lado).
- Apagamos el fuego y tapamos, dejado que repose otros 3 minutos más.
Sacamos el bacalao y la cebolla, y lo ponemos en el mortero.
Filtramos y reservamos el aceite.
Desmigamos el bacalao con la cebolla, en un mortero, hasta que tenga una consistencia de pasta.
También podemos hacerlo con la batidora eléctrica.
Ponemos el bacalao desmigado a una cazuela (a fuego suave) y vamos añadiendo el aceite poco a poco mientras mezclamos todo.
Añadimos la nata templada, y seguimos mezclando hasta que quede una masa consistente.
Ponemos un poco de pimienta blanca recién molida.
Probamos y rectificamos de sal, si fuese preciso.
- Hay que tener cuidado con la sal, ya que el bacalao ya aporta bastante sal.
Cuando este, podemos añadir un poco de nuez moscada.
Decoramos con los ajos fritos y un chorrito de aceite de oliva virgen extra o si nos gusta, mejor aceite de perejil que hemos hecho.
Servimos sobre una tostada de pan caliente.
También podemos ponerle un chorrito de aceite por encima.