Batimos a velocidad lenta, los componentes del relleno en un robot de cocina.
- Es importante la velocidad lenta para evitar que entren burbujas y se abra después la tarta al hornearla.
- El limón le da un toque fresco.

Incorporamos este relleno al molde con la base de galletas.
- Golpeamos un poco para que desaparezcan las posible burbujas de aire, que podrían producir grietas después de hornearlo.

Lo llevamos al horno, que debe estar a 180 ºC y horneamos 10 minutos.

Después, bajamos la temperatura a 100 ºC y seguimos horneando la tarta durante 1 hora más.
- Esto es importante para evitar que se cuartee la tarta.
- Apagamos el horno y lo dejamos, la tarta, otra hora más en el horno para que se temple.

Sacamos el molde del horno y la dejamos enfriar la tarta sobre una rejilla, al menos durante 30 minutos.
- La tarta debe quedar sin cuajar por el centro (sino quedará correosa).
- Hay dejarla enfriar lentamente, para que no se hunda por el centro.

Cuando este totalmente enfriada, la desmoldamos y la metemos en la nevera durante al menos 8 hora.
- No antes, pues sino se nos puede romper la galleta.

En un cazo mezclamos a fuego suave la mermelada y el azúcar.

Añadimos el agua y la mitad de las fresas.

Una vez espesada la mezcla y enfriada, decoramos con esta mezcla y dejamos enfriar en la nevera durante al menos por 4 horas.
- Mejor la dejamos enfriar de un día para otro.

Después de enfriarla la sacamos de la nevera.

Añadimos los fresas, partidas por la mitad, por encima de la tarta.

Decoramos según nuestro gusto.

Si deseamos, podemos añadir un poco de azúcar glas por encima.

Cortamos con ayuda de un cuchillo grueso.

A comer, que esta buenísima!!!