Se lavan y se pelan las patatas.
Se cortan en rodajas de 2-3 milímetros.
Se lavan y secan con un paño.
Pelamos y picamos la cebolla en juliana (cortada en tiras finas).
En una sartén confitamos las cebollas (máximo 2 minutos).
Sacamos la cebolla con una espumadera y se depositan sobre un cedazo para que pierdan el aceite.
En una sartén ponemos abundante aceite.
Echamos las patatas en la sartén.
Sacamos previamente los huevos de la nevera, para que estén a temperatura ambiente.
Separamos las yemas de las claras.
Batimos bien las yemas de los huevos.
Batimos las claras a punto de nieve.
Otra opción es batir las claras y las yemas juntas, en este caso batimos enérgicamente.
Mezclamos en un bol grande las yemas, las claras a punto de nieve, la leche, la cebolla, las patatas y la sal.
Subimos el fuego y ponemos un poco 3 cucharada de aceite (que nos sobro de freír las patatas) en la sartén, cuando este caliente metemos la mezcla de huevo, patata y cebolla.
Dejamos cocer hasta que cuaje por un lado (moviendo la sartén para que no se queme o se pegue la tortilla) máximo unos 5 minutos.
Añadimos 1 cucharada de aceite y deslizamos la tortilla hacia la sartén con ayuda del plato y cocinamos por el otro lado, intentando redondear los bordes, otros 5 minutos a fuego lento.
Una vez cuajada por los dos lados se retira del fuego y se deposita sobre un plato plano.
Se deja toma templada o fría, sola o con una salsa mayonesa.
También queda muy bien con un poco de salmorejo por encima, tal como la comen en Córdoba.
4 raciones
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* El % del valor diario (VD), indica cuánto contribuye un nutriente a la ingesta diaria, de un adulto medio (8400 kJ / 2000 kcal).