Debemos comprar sardinas frescas en nuestra pescadería de confianza.
Limpiamos bien las sardinas.
- Las descamamos, lavamos y evisceramos.
- Las ponemos en un escurridor para que suelten en agua sobrante de haberlas limpiado.
Colocamos las sardinas juntas sobre unos trozos de papel de cocina y las enrollamos hacienda un cilindro y las metemos en tupper, en la nevera hasta su utilización.
Encendemos la barbacoa con carbón y las pastillas vegetales.
La parrilla estará lista cuando el carbón este de color gris incandescente.
- Limpiamos bien la parrilla con un cepillo de barbacoa.
- Seguidamente untamos la parrilla con aceite para que no se peguen las sardinas (cuidado con las llamas).
Sacamos las sardinas de la nevera y las embadurnamos de aceite.
- Es muy importante que las sardinas estén secas antes de poner el aceite.
Salamos las sardinas por ambos lados.
Colocamos las sardinas directamente sobre la parrilla (una distancia de 10-20 cm de distancia del fuego) y dejamos que se asen sin tocarlas, hasta que la piel este crujiente (de color amarillo dorado) y ligeramente tostada (unos 3-5 minutos dependiendo del fuego y el tamaño de las sardinas).
- Para asar sardinas a la parrilla, el control de los tiempos es esencial, ya que si se les intenta dar la vuelta antes de tiempo, la piel se pega a la parrilla, por lo tanto, hay que esperar a que la piel este tostada, permitiendo dar la vuelta a la sardina sin problemas.
Al dar la vuelta a las sardinas las asamos otros 3-5 minutos más.
- Vigilamos que no se hagan demasiado pues quedarían secas.
Existen parrillas dobles especiales para pescado, que facilitan dar la vuelta sin problema.
Sacamso las sardinas con delicadeza (para evitar que se rompan si estuvieran pegadas a la parrilla), usando unas pinzas o paleta amplia.
Servir de inmediato tal como lo hace José Luis.
Tamaño de la ración 100 g
Raciones 0
* Percent Daily Values are based on a 2,000 calorie diet. Your daily value may be higher or lower depending on your calorie needs.