Encendemos el horno a 190 ºC.
Limpiamos y secamos el pollo.
- Es muy importante para que quede la piel crujiente, secar muy birn el pollo después de limpiarlo.
Mezclamos el aceite, el zumo de limón, las hierbas provenzales y el ajo machacado.
Añadimos la sal y el aceite y la pimienta, mezclamos bien.
Porculizamos el pollo.
- Esta técnica permite que la grasa del pollo al caer, deje las pechugas muy jugosas.
Si no disponemos de este ingenioso artefacto, podéis usar una lata de cerveza con varios orificios superiores y medio vacía.
O una botella de cerveza como lo hace nuestra amiga Susana Pastor.
Barnizamos con una brocha de cocina el pollo con una mezcla de aceite y el zumo del limón.
- Al barnizar con la grasa, conseguimos que la piel quede crujiente y la carne jugosa.
Lo introducimos en el horno a unos 190º, durante una hora y media.
- Cada 15 minutos sacamos el pollo y lo barnizamos con el jugo que suelta y que queda en la bandeja.
Comprobar que el pollo esta hecho, al pinchar un muslo saldrán jugos claros, si son rojizos dejar un rato más.
Resultado con la cerveza, por Susana Pastor.
Sacamos el pollo del horno y lo dejamos reposar unos 10 minutos antes de trinchar y servir.
- El reposo consigue que los jugos penetren en la carne del pollo y quede más sabrosa.
Al mismo tiempo asamos las patatas a lo pobre junto con los pimientos.
Acompañamos el pollo con patatas a lo pobre y pimientos horneados.
También lo podemos acompañar de patatas fritas,
4 raciones
100 g
* El % del valor diario (VD), indica cuánto contribuye un nutriente a la ingesta diaria, de un adulto medio (8400 kJ / 2000 kcal).