Limpiamos y desbarbamos los mejillones.
- Se puede usar un cuchillo o estropajo metálico limpio.
Pelamos y picamos la cebolla y el ajo.
Lavamos, quitamos las hebras y picamos el apio.
Hacemos lo propio con el puerro.
Picamos el perejil
En una cazuela ponemos la misma cantidad de aceite y mantequilla, una vez que la mantequilla esté derretida añadimos los ajos y la cebolla.
Posteriormente hacemos lo mismo de con los puerros y el apio, durante 2-3 minutos.
Añadimos el vino blanco y llevamos a ebullición para que se evapore el alcohol.
Incorporamos los mejillones, cubrimos y dejamos cocer a fuego alto durante unos minutos hasta que se abran.
- Removemos agitando la cazuela de vez en cuando, para que se reparta bien el caldo y se abran todos los mejillones.
- Al taparlos, conseguimos que el vapor se concentre.
Sacamos los mejillones y desechamos los que no se hayan abierto.
Dejamos que se reduzca un poco la salsa y añadimos la nata líquida, el perejil picado y un poco de sal y pimienta.
- Removemos bien todo y dejamos que dé un buen hervor durante unos 10 minutos.
- Hay que tener cuidado con la sal.
Volvemos a incorporar los mejillones a la cazuela y removemos bien para que reparta la salsa.
Espolvoreamos con perejil y servimos inmediatamente en un cuenco alto y cubrimos con toda la salsa.
- Pondremos abundante pan, para poder untar la cremosa salsa, mientras comemos los mejillones.
Podemos añadir unas rodajas de limón.
Es típico acompañar estos mejillones al estilo belga, con las patatas fritas (1).
4 raciones
100 g
* El % del valor diario (VD), indica cuánto contribuye un nutriente a la ingesta diaria, de un adulto medio (8400 kJ / 2000 kcal).