
Compramos mejillones frescos de calidad.


En un cazo con agua y sal, hervimos las patatas , hasta que estén tiernas (unos 25 minutos).
- Para comprobar si están hechas, las pinchamos con un tenedor y si están blandas, ya las podemos sacar.

Sacamos las patatas, las pelamos y volvemos a poner en el cazo (sin agua), para que no se enfríen.
- Desechamos este agua.

Unos minutos antes de que estén las patatas, en otro cazo con tapa transparente, ponemos el agua y los mejillones y subimos a fuego fuerte.
- Con esto conseguimos que los mejillones se hagan al vapor.
- Tenemos que ir agitando fuertemente el cazo, para que se reparta bien el calor.

Cuando se vayan abriendo los mejillones, los vamos sacando, con ayuda de una espumadera.
- Desechamos los que no se hayan abierto.
- También desechamos esta agua.

Con un cuchillo de mondar, sacamos los mejillones de sus conchas.
- Reservamos estos jugos que sueltan los mejillones, para hacer la salsa.

Con unas tijeras les quitamos barbas.

Colamos el agua de la cocción de los mejillones y de los jugos naturales que han soltado los mejillones

Ponemos en un cazo a hervir, estos jugos, durante un par de minutos.
- Al reducir el liquido resultante el sabor se concentrara.

Volvemos a colar estos jugos y ponemos un una taza.

Añadimos el aceite de oliva virgen extra y removemos bien.
- Dejamos marinar unos 5 minutos, antes de usarlo.

Cortamos las patatas en trozos.

Disponemos los mejillones sobre las patatas.

Añadimos por encima el aliño, que hemos preparado.

Incorporamos el pimentón dulce a la preparación.

Sazonamos con sal en escamas, al gusto.

Servimos de inmediato, esta estupenda tapa.

4 raciones
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* El % del valor diario (VD), indica cuánto contribuye un nutriente a la ingesta diaria, de un adulto medio (8400 kJ / 2000 kcal).