Pesar los ingredientes. Rallar la cáscara de naranja y hacer un zumo con el resto de ella.
- La acidez de la naranja bajar el pH y por lo tanto ayuda a que la magdalena tenga más volumen.
Batir bien los huevos junto con el azúcar (incorpóralo poco a poco), el zumo de naranja y la cáscara rallada, hasta que los huevos se vayan esponjando.
- Batir a máxima velocidad para que los huevos adquieran aire y por lo tanto volumen.
- Se puede usar azúcar moreno.
Agregar a la mezcla anterior lentamente el aceite y mezclar bien.
- Usamos aceite de girasol porque da un sabor más suave que el aceite de oliva, pero si se prefiere este usar aceite de arbequina, que es el más adecuado para repostería.
Por último, mezclar en un recipiente aparte la harina, la sal y la levadura química.
Introducir en la batidora a la mezcla anterior a velocidad lenta, para que se reparta mejor y facilite que la masa suba uniformemente.
Una vez mezclados, poner a velocidad rapida y batir 2 minutos más.
- Mezclar siempre el impulsor con la harina.
- La sal sirve como potenciador del aroma.
Dejar reposar la masa tapada con film de plástico, por lo menos 1 hora en el frigorífico.
Precalentar el horno a 250º C durante 20 minutas antes de hornear.
Removemos energicamente la masa e la incorporar a los moldes con una manguera pastelera hasta 3/4 partes.
Espolvoreamos las magdalenas con azúcar.
Cocer la masa a 220ºC en moldes de magdalenas unos 15 minutos.
Dejar enfriar las magdalenas en un lugar sin corrientes de aire.
A comer.
24 raciones
100 g
* El % del valor diario (VD), indica cuánto contribuye un nutriente a la ingesta diaria, de un adulto medio (8400 kJ / 2000 kcal).